«Si tu perro convulsiona, ten calma y no lo muevas.»
«Ni levantarlo, ni zarandearlo»
Llega el buen tiempo y dueños y perros salen más al aire libre, con el consiguiente riesgo de que nuestros perros ingieran algo que no deben. Nos lo estamos pasando estupendo y de repente vemos que nuestro amigo de cuatro patas sufre una convulsión y entramos en pánico. Los expertos nos recomiendan intentar que no se golpee, minimizar los estímulos de luz y sonido y sobre todo no hacer cosas como intentar levantarlos o zarandearlos, echarles agua o taparlos con una manta. Los veterinarios aconsejan grabar al animal cuando convulsiona, aunque entiende que “el momento es complicado para pensar en eso”.
Lo primero que debemos hacer es “mantener la calma a pesar de que la situación sea impactante”, es una de las mejores formas de ayudar a nuestro perro.
Evitar golpes
“Hay que intentar que no se lastime al golpearse, y por supuesto ponerse en contacto con un veterinario lo antes posible”. Es cierto que a veces no tenemos un veterinario cerca, por lo que debemos evitar cosas como meterle la mano en la boca para retirar la lengua.
Aunque sea difícil mantener la calma en una situación así, es básico no querer levantarlos ni zarandearlos, ni echarles agua por encima, ni taparlos con alguna manta o similar. Ninguna de todas estas cosas “hará que el episodio de convulsión dure menos”.
Asimismo, es importante minimizar los estímulos de luz y sonido, que pueden ser perjudiciales para un perro que está sufriendo uno de estos ataques y de los que no conocemos la causa.
En general, “los perros pueden convulsionar por varios motivos pero los más comunes son por:
- Tóxicos
- Traumatismos
- Epilepsia
- Tumores cerebrales
- Enfermedades hepáticas y renales entre otros”.
Por estos motivos lo fundamental es acudir lo más pronto posible a un veterinario, donde hagan un estudio en profundidad del animal para buscar el origen de este episodio.
Antes de que nuestro perro sufra una convulsión, puede haber algunos síntomas que nos indiquen la posibilidad de que va a llegar un ataque, en la mayoría de los casos hay síntomas previos, suelen ponerse nerviosos y algunos incluso buscan al propietario, caminan de un lado para otro, babean, se relamen, jadean o gruñen”.
En estos casos es importante observar bien al perro, ya que puede sufrir diferentes tipos de convulsiones. “Las más conocidas son las generalizadas donde todo el cuerpo está afectado y el perro suele orinarse/defecarse (suelen asociarse bastante a epilepsia). Pero también entran dentro de las convulsiones los temblores de la cara o movimientos repetidos de la cabeza o extremidades, pestañeos, espasmos. Estas se llaman parciales”.
¿Debo grabar un video?
Otro de los consejos es grabar al perro cuando está en pleno ataque, ya que eso ayudará mucho al veterinario a la hora de hacer un diagnóstico, aunque es algo difícil, “entiendo que en el momento puede ser algo complicado pensar en esto”.
Para hacer un diagnóstico correcto, las pruebas que realicen en la clínica son fundamentales. “Lo primero es una buena exploración física y una analítica completa pero para un diagnóstico definitivo muchas veces son necesarias pruebas de imagen como TAC, resonancia o ecografía abdominal”.
En cuanto a descifrar el origen de estas convulsiones o distinguir si ha sido debido a la ingesta de algún veneno o por epilepsia, por ejemplo, lo primero es una buena comunicación con el veterinario. “Lo que más nos ayuda a saber distinguir son las preguntas que hacemos al propietario, la edad del paciente y la historia. Por ejemplo, un cachorro que vive en una finca es más probable que convulsione por comer un tóxico que un perrito mayor que vive siempre en un piso”.
¿Para que es necesaria una analítica de sangre?
Una vez con todos los datos en la mano, un análisis de sangre es el primer paso, ya que hasta el hecho de tener normal puede dar pistas. “En él se pueden ver alteraciones en los valores renales o hepáticos, por ejemplo, que nos pueden ayudar. Incluso que la analítica no tenga alteraciones es significativo”.
Uno de los grandes peligros en el campo para los perros son los venenos que se echan para los caracoles o las babosas, ya que sus síntomas suelen aparecer en minutos o pocas horas. También algunos tipos de insecticidas y herbicidas son muy peligrosos.
Si el animal ya tiene diagnosticada algún tipo de epilepsia, es importante anotar bien la frecuencia e intensidad de los ataques o evitar situaciones estresante.
